El llamado Hallux valgus, es una deformación de la que, a veces, no se le da mucha importancia y sin embargo puede llegar a producir daños irreversibles, dolorosos y que padecen gran cantidad de personas, sobre todo entre la población femenina.
Se conocen tres etiologías: estática, congénita e inflamatoria.
El Hallux valgus estático se produce en la mayor parte de los casos por la presión ejercida en la punta del pie, por los zapatos puntiagudos, sin embargo, en no todos los pies se produce de la misma forma y aquí hay que recordar las diferentes clases de longitudes de dedos, para ver cómo actúan en relación a cada una de ellas. Según sea la longitud del dedo gordo y el tipo de calzado empleado, así se producirá una lesión en mayor o menor medida. La altura del tacón del zapato es también causa de deformación en los dedos, sobre todo en aquellos que tienen el dedo gordo más corto y se produce en el segundo dedo una deformación en forma de garra.
Estudiando el calzado a través de la historia, podemos afirmar que los zapatos actuales son los más agresivos para el pie y por tanto los que más enfermedades provocan.
El Hallux valgus congénito se produce cuando falta un hueso o incluso un dedo completo del pie. Aunque este hecho es bastante raro en nuestra civilización, suele darse en lugares salvajes en los que no se usa calzado y también en algunos niños.
El hallux valgus inflamatorio, producido por una artritis crónica.
Se produce, casi siempre, en personas con dedo gordo muy largo.
Se forma una herida que supura y ocasiona gran dolor. Deben emplearse calzados anchos, sin tacón y en verano, sandalias con una brida que vaya corrigiendo el dedo gordo.