En primer lugar, los individuos que padezcan alguna enfermedad (arteriosclerosis, miocarditis, hipertensión, etc...) deberán acudir a su cardiólogo con el fin de que se les hagan las pruebas oportunas (de esfuerzo) que determinen su frecuencia cardíaca máxima sin riesgo de lesión.
Todo paciente con estas características deberá realizar un trabajo equivalente al 70 a 85 por 100 de la frecuencia cardiaca máxima obtenida, para lo cual deberá conocer las diferentes formas de tomar la frecuencia cardiaca.
Para que la actividad física sea beneficiosa, debemos practicar ejercicios dinámicos y rítmicos (isotónicos o con movimientos y diferencia de cargas), evitando los de tipo estático, (isométricos, que suponen fuerza sin producir ningún desplazamiento) que están contraindicados por ocasionar un aumento de la presión arterial.
Deberemos trabajar grandes grupos musculares del organismo -pecho, espalda, hombros, piernas, cintura- evitando la especificidad en el entrenamiento.
Es conveniente iniciarse con actividades propias de la parte inferior del cuerpo: muslos, gemelos, glúteos, abdominales, como pueden ser estos ejercicios de tipo aerobio: "jogging", carrera no demasiado rápida, ciclismo, natación, patinaje sobre ruedas... Sobre todo, hay que ir haciendo esto de manera progresiva -de menos a más-, y es muy conveniente empezar con los simples paseos. ¡Son muy beneficiosos!
Tengan en cuenta que dos minutos de paseo equivalen a uno de carrera suave.
Realizar tres sesiones semanales (alternas) de 30 a 40 minutos, será suficiente durante el primer mes. Posteriormente iremos incrementando el número de sesiones.
¡No olviden hacerse una prueba médica antes de comenzar!
Sigan practicando siempre una actividad física, porque el índice de mortalidad disminuye notablemente entre los pacientes entrenados, la mayoría de los cuales acaban volviendo a llevar una vida absolutamente normal, que les permite efectuar todas sus actividades cotidianas.
Si han decidido entrenar, cesen su actividad ante la aparición de cualquiera de estos síntomas:
- Disnea. - Aturdimiento. - Palidez. - Hipotermia general (baja de temperatura). - Cianosis. - Disminución de la frecuencia cardíaca.
Con el paso del tiempo -en unos cuantos meses- podrán realizar otras actividades deportivas, teniendo siempre presente que hay que efectuar un control mínimo de su esfuerzo físico.