Los factores extrínsecos referidos a la flexibilidad son, entre otros:
- La edad. - El sexo. - La temperatura. - La ocupación. - Etcétera.
La edad
El paso de los años produce una degeneración de los distintos elementos articulares, lo que hace que la flexibilidad vaya disminuyendo progresivamente.
Un trabajo continuo y correcto puede hacer que este proceso sea más lento.
El sexo
La mujer, debido a su estructura anatómica, es más flexible que el hombre. Esta cualidad es, además, más duradera que la del hombre.
La temperatura
Cuando las temperaturas son excesivamente frías, los componentes articulares, así como los distintos grupos musculares, no encuentran una situación idónea para ejercer su función. Con temperaturas cálidas, tanto externas como internas (provocadas por un buen calentamiento), la amplitud articular va a verse incrementada notablemente.
La hora
Las horas centrales del día, que a la vez suelen coincidir con unas temperaturas más elevadas, van a ser las idóneas para la práctica de la flexibilidad. Todo individuo que haya estado en movimiento durante las horas matinales y no se encuentre fatigado por la actividad cotidiana va a presentar una mejor movilidad.
La ocupación
En función de la actitud laboral o deportiva que realicemos desarrollaremos nuestra movilidad articular en una u otra dirección.
Otros factores condicionantes de nuestro grado de flexibilidad van a ser: Hábitos de ejercitarse, salud, herencia, etc.
¿Es posible, entonces, entrenar esta cualidad?
Evidentemente. Como factor más importante debemos utilizar un atuendo deportivo amplio y realizar un calentamiento anterior a la actividad. Este calentamiento será, en un principio, genérico (durará aproximadamente unos 10 minutos) y, finalmente, especifico, es decir, dirigido a aquellas articulaciones y grupos musculares que vamos a trabajar.
Como sistema de trabajo para su desarrollo vamos a ver dos tipos, cada uno de los cuales va a presentar unas ventajas y unos inconvenientes:
Método pasivo
Mediante este método practicante alcanza su limite máximo de movilidad articular gracias a su propia ayuda o, por el contrario, gracias a una ayuda exterior (de un compañero o del material auxiliar). Este material puede, a su vez, ser estático o dinámico (rebotes).
Para el desarrollo estático hemos de permanecer en una posición determinada durante, al menos, 30 segundos y repetirlo tres veces. El método presenta el riesgo de que el compañero sobrepase nuestro límite de flexibilidad y nos ocasione una lesión. Por otra parte, el sistema de rebotes, aunque consiga un trabajo más dinámico, produce roturas de fibras musculares cuando se practica exageradamente.
Método activo
El practicante es capaz de alcanzar el límite deseado, sin ayuda pasiva por su parte ni la del campanero o material exterior. Al igual que el anterior, se puede dar de forma estática o dinámica.
El "Stretching"
Método muy actual y plenamente en boga, consiste en mantener una posición durante unos 10 a 15 segundos, a continuación realizará un trabajo de tensión isométrico (de 10 a 30 segundos), relajarse después (unos 3 segundos) y someter de nuevo a ese grupo muscular y articulación a una amplitud máxima. Esta se realizará lentamente, permaneciendo en ella de 10 a 30 segundos. El ciclo se repetirá de dos a tres veces.