Estas dietas hipocalóricas contienen, aproximadamente, unas 1.000 calorías diarias. Se estima que para que se produzca una bajada de peso perfecto y sin pérdida de tejidos nobles debe consumirse un mínimo de 22 calorías por cada kilo de peso corporal, ya que si la ingestión es menor, el organismo produce un fenómeno de rechazo, preparándose para la posible hambruna disminuyendo el metabolismo basal y guardando la grasa como reserva.
Por ello y por el fenómeno antedicho de la pérdida de tejidos nobles no se debe bajar más de un kilo por semana (lo ideal es alrededor de medio kilo), con el fin de que vayan consumiéndose los depósitos de grasa, hecho que se acentúa cuando empleamos la ayuda del ejercicio a dosis iguales de intensidad y resistencia. (El método más adecuado es trabajar quince o veinte minutos de musculación, con repeticiones medio-bajas y cargas elevadas, y de treinta a sesenta minutos de ejercicios aerobios, como carrera lenta, bicicleta a 20 ó 25 kilómetros por hora, gimnasia sueca, etc. ).
Como al disminuir el consumo calórico es probable que podamos sufrir de una deficiencia nutritiva, es conveniente tomar algún suplemento, preferentemente natural, como el germen de trigo, la levadura de cerveza, el polen, productos que contienen una gran cantidad de vitaminas y minerales que nos pueden proporcionar la energía necesaria para seguir la dieta al tiempo que hacemos nuestros entrenamientos.