Las plantillas ortopédicas, son elementos móviles que dan nombre a este tipo de ortesis. Las plantillas deben ser ligeras, flexibles y estables, fabricadas de materiales transpirables, ya que en caso contrario podrían producir dermatosis.
Las plantillas de cuero deben tener un espesor entre 1,5 y 2 mm. y llevará una serie de aplicaciones de corrección ortésica y que serán el negativo de la parte que queremos corregir y que podrán estar hechas de espuma de latex o material similar, en el caso de requerir mayor dureza, se empleará cuero. Las plantillas deben ser más pequeñas que el zapato, entre 8 y 12 mm. aproximadamente y también algo más estrechas, para evitar que el movimiento del pie las pueda retener en la zona de enfranque o puntera.
Según el doctor Lelievre y en función de las aplicaciones prácticas de cada una de las diferentes plantillas, pueden clasificarse en tres tipos: Correctoras, Compensadoras y de Apoyo. Las plantillas correctoras son aquellas que tienden a corregir un desequilibrio del pie, por ese motivo deben estar perfectamente hechas y responder a los parámetros que de ella se esperan, ya que podrían producir el efecto contrario, es decir, producir un mayor desequilibrio y por tanto agravar la dolencia. Las plantillas compensadoras, se emplean para buscar una mayor igualdad de equilibrio y compensación en un pie. Las plantillas de apoyo se emplean solamente durante tiempo parcial y con el fin de buscar un remedio transitorio.
Las plantillas ortopédicas se pueden fabricar de diferentes materiales, tales como plástico, metal recubierto de cuero, tejido, conglomerado de cuero, látex, corcho y naturalmente, cuero. Los elementos con los que se fabrican las plantillas, están en función del tipo de dolencia, pero los más utilizados, por su tratamiento y moldeo, son el látex, el corcho y el cuero.
Hay diferentes tipo de fabricación de plantillas, que se deben otros tantos autores, por ejemplo: la plantilla metálica de Whítmann, recubierta de cuero, donde el borde interior levantado impide al astrágalo bascular hacia dentro. Puede ser traumática para el enfermo que llega a sufrir debido a la rigidez de la plantilla; la plantilla de Lettermann, consistente en un saquito de tela conteniendo un material plástico moldeable. Se calienta a 50º y se reblandece, se coloca en el zapato y el enfermo al andar va moldeando el mismo su propia plantilla, al enfriarse se endurece, este sistema pude resultar poco efectivo en determinados tipos de pie; la plantilla de corcho de Lefort, que se presta a correcciones sucesivas, con una adecuada flexibilidad y se adapta sin graves problemas.
Cada zapatero ortopédico preparará sus propias plantillas, atendiendo a las diferentes deformaciones de cada enfermo. El trabajo se realizará con meticulosidad y precisión, levantando la parte del pie que lo precise y en los milímetros necesarios, obtenidos como consecuencia de un detenido estudio de la huella del pie.
Cuando hablamos anteriormente de los tipos de pie, plano, varo o valgo, también señalábamos las correcciones a realizar en cada tipo de plantillas correspondientes a esas características de pie.
Algunos estudiosos como el doctor Ledos, es partidario de la reeducación del pie atendiendo a su arquitectura, pensando que el pie está constituido por un elevado número de huesecillos y treinta articulaciones y que todas actúan a la vez por la acción de un determinado tipo de plantilla, Esta técnica se basa en dirigir todas las acciones a restablecer progresivamente el equilibrio del pie. Para ello era necesario:
1º- Levantar la bóveda longitudinal interna si está descendida o en todo caso sostenerla;
2º- Reforzar la bóveda transversal anterior que puede estar aplastada;
3º- Levantar la bóveda longitudinal externa;
4º- Corregir el valgus o el varus;
5º- En el material con el que se ha fabricado la plantilla, reservar huecos para aislar los callos plantares o las espinas subcalcáneas.
Una simplificación de la técnica para obtener el molde de la planta del pie, consiste en colocar al individuo decúbito prono, de manera que ofrezca al zapatero la planta de sus pies. Se aplica sobre las plantas una fina superficie uniforme de escayola. Se recorta esa capa de escayola siguiendo el contorno del pie y encogiéndola un poco a nivel de la parte interna de la bóveda. La cara superior de esta capa representa el positivo y el negativo se obtiene, como quedó indicado, al extraer el molde de escayola del pie, esa cara superior del molde será el negativo. Colocando una lámina de vidrio entre la cara superior del molde y rellenándola de escayola, obtendremos la superficie horizontal y conseguir la plantilla. Solo quedará retocar la superficie para dar mayor cabida a alguna callosidad o lijar las rebabas.
El profesor Gosset, moldea la plantilla directamente sobre el pie. El soporte de tejido está humedecido en una solución de caucho. La plantilla está compuesta de dos capas, superior e inferior, que se coagulan, la parte central queda sin coagular al menos 24 horas para poder realizar rectificaciones.
El doctor Lettermann hizo una plantilla especial constituida por una sustancia plástica y tejido. Los soportes se calientan a 50º, reblandeciendo el material y al colocarlo en el zapato, el individuo al andar le va dando forma. Cuando el material se enfría, se ha obtenido la huella del pie.
Steindler propone para el pie descendido, la siguiente técnica:
en el zapato que normalmente lleva el enfermo y por la parte exterior, se adapta,
1º- un ángulo de cuero que cubra la mitad interna del talón, con una altura de 5 a 7 mm. A lo largo del borde interno, disminuyendo progresivamente hacia la parte media;
2º- en la parte posterior de la plantilla una lámina transversal de cuero o badana de 6 a 9 mm. de espesor en la región próxima al metatarso;
3º- por delante de ella colocar un ángulo externo de 5 a 7 mm. de espesor; aunque poco estético el zapato, tiene la ventaja de su efectividad y es fácilmente soportable.
El valor de una plantilla ortopédica depende fundamentalmente del molde que debe obtenerse.
Aunque se realizan ensayos sobre látex o recipientes de escayola líquida, lo cierto es que la validez de estos moldes es discutible, porque el molde debe realizarse con el pie ya en su posición rectificada y esto, de momento se consigue con la operación del vendaje.