La preparación y el empleo de plantillas ortopédicas encierran una gran técnica y no menos responsabilidad, ya que del resultado de su preparación dependerá el alivio del pie enfermo, su posible rehabilitación o incluso podrá producir el efecto contrario al que se persigue, es decir, una mayor deformación y dolor.
La recuperación de los arcos plantares, deben realizarse atendiendo a los vasos sanguíneos que atraviesan esa zona del pie. Muchas veces, el querer levantar un arco o una zona del pie, se realiza presionando los vasos sanguíneos y por ello los efectos producidos son negativos. En muchos casos, la buena disposición de plantillas, mitigan dolores en lugares alejados del pie, pero que aparecen como consecuencia de un desequilibrio, cuando éste se restablece, se recupera también la parte dolorida.