Se caracteriza porque el metatarseo está volcado hacia la parte externa del pie, dando lugar a la supinación del antepie (supinación de antepie), o el calcáneo volcado hacia la parte externa del pie (supinación del retropie).
La corrección se realiza con una pronación, tanto del antepie, como del retropie y en ambos casos, por medio de unas cuñas colocadas en la parte externa del pie y produciendo una pronación de dichas partes.
La tensión plantar, puede llegar a producir, igual que en el pie valgo, duricias e higromas dolorosos.
Las desnivelaciones producidas pueden llegar a ser indoloras, si se trata de pies con pieles gruesas, aunque la desnivelación sea grande; sin embargo, a veces, una desnivelación mínima puede llegar a ser dolorosa si las articulaciones del tarso están rígidas o el talón se halla fiado en equino.
El talón en varus, es más raro que en situación valgus. Las estadísticas dicen que un diez por ciento de los individuos con pies cavos, tienen el talón en varus, sin embargo el 80 % lo tendrán en valgus.