Lo que llamamos vísceras son los órganos que se ocupan mayoritariamente de la digestión. Se encuentran situados en la parte media del cuerpo, entre el diafragma y el pubis, y se hallan protegidos por los músculos abdominales y oblicuos.
El estómago
Es un órgano en forma de letra J, situado entre el esófago y el intestino delgado. Las paredes del estómago contienen células glandulares, que segregan jugo gástrico para disolver los alimentos ingeridos, y tres capas de músculos blandos que envían las comidas en dirección a los intestinos. Las perturbaciones en la secreción gástrica pueden producir enfermedades como las úlceras (asociadas mayoritariamente a trastornos psíquicos) o el exceso de acidez.
En el estómago podemos distinguir las siguientes partes:
- Una cara posterior, que se relaciona con el diafragma, el bazo, el riñón izquierdo y la cápsula suprarrenal izquierda.
- Una cara anterior, relacionada con el lóbulo menor del hígado y el colon transverso.
- Un borde izquierdo, llamado curvatura mayor.
- Un borde derecho o curvatura menor.
- Una extremidad izquierda, que constituye el fondo del estómago y el lugar donde se acumulan los gases.
- Una extremidad derecha, que prácticamente corresponde al antro pilórico.
Además tiene dos esfínteres, uno superior, que lo separa del esófago, y se llama cardias, y el píloro o inferior, que lo aísla del duodeno.
Anatómicamente, el estómago está constituido por cuatro capas que, de fuera a dentro, son las siguientes: el peritoneo, que es una capa serosa. Por debajo de ésta se halla una capa muscular, que tiene tres clases de fibras. Luego está la submucosa, donde se encuentra la vascularización e inervación (venas y nervios); y por último, la mucosa, que es de color blanco rosado, donde hay una serie de pliegues que tienen unas pequeñas dilataciones que reciben el nombre de mamelones gástricos. En ellos aparecen una serie de orificios, llamados criptas, que corresponden a la desembocadura de las glándulas que dan lugar al jugo gástrico y al ácido clorhídrico.
Los intestinos
Son la porción más grande del tracto digestivo, consistente en un tubo de unos ocho metros de largo, que se extiende en forma sinuosa desde el estómago hasta el ano. Se dividen en dos partes: intestino menor, donde se completa el proceso digestivo final de los principios inmediatos -carbohidratos, proteínas y grasas-, que son desleídos en sustancias simples para ser absorbidas por la sangre; e intestino mayor, donde se absorben agua y sales de los residuos alimenticios, y se empujan éstos hacia el recto para ser expulsados.
Intestino delgado o menor
Ocupa una gran parte del centro de la cavidad abdominal. Se trata de un largo tubo que se repliega muchas veces sobre sí mismo y mide de seis a ocho metros. Se distinguen en él tres porciones sucesivas: duodeno, yeyuno e ilion.
El duodeno mide unos 25 centímetros y rodea la cabeza del páncreas. Forma una sola asa y su misión es importantísima para las funciones digestivas, ya que en él desembocan los conductos procedentes del hígado y del páncreas.
En cuanto al yeyuno y al íleon, no se puede establecer el límite preciso entre ambos, hasta el punto de que se llega a considerar ambas porciones en conjunto.
Una característica de la mucosa del intestino delgado es la presencia de vellosidades, que facilitan la absorción de las sustancias digeridas.
Intestino grueso o mayor
Es la continuación del intestino delgado, del que le separa la válvula Ileo cecal o de Bauhin, y acaba en el ano, tubo por donde se produce la expulsión de los restos alimenticios en forma de excremento.
El intestino grueso se compone de tres segmentos: ciego, colon y recto. Su longitud total es de unos 170 centímetros, y su diámetro va disminuyendo desde 7 centímetros hasta 2,5 ó 3.
El intestino grueso se distingue del delgado no sólo por su mayor diámetro, sino también por su configuración y su estructura.
La mucosa del intestino grueso es parecida a la del delgado, aunque no posee vellosidades.
La vesícula biliar
Es el órgano reservorio de la bilis. Tiene forma de pera y consta de tres partes: cuello (con dos válvulas que actúan a manera de esfínteres), cuerpo y fondo.
La vesícula biliar está constituida por tres capas: externa (serofibrosa, con un ligamento que la une al hígado), muscular (con fibras longitudinales y circulares, para contraerse) e interna (de mucosa con abundantes pliegues).
Los conductos de la vesícula y ésta misma pueden infectarse debido a obturaciones o ingestión de determinados alimentos, y producir cólicos y molestias diversas.
El páncreas
Es una glándula bastante más pequeña que el hígado y está situada algo por debajo de éste y a su izquierda. Es órgano segrega el jugo pancreático, que es conducido hasta el duodeno por el conducto de Wirsung, el cual desemboca junto al colédoco, en una prominencia de la mucosa conocida por el nombre de ampolla de Vater. En el Páncreas también se forma la insulina, fundamental para el organismo, que, según va creándose, pasa directamente a la sangre.
El páncreas es de color blanco parecido al de las glándulas salivares. Está en contacto con las arterias y venas mesentéricas, arteria y vena renales, la aorta del riñón y la cápsula suprarrenal izquierda.
El bazo
Es un órgano hematopoyético -creador de sangre- que forma ciertos elementos sanguíneos. Tiene forma ovoide, se encuentra situado en el hipocondrio izquierdo y mide 13 centímetros de longitud. Su color es rojo-vinoso y más consistente que el del hígado.
Consta de dos capas externas y su tejido propio o parénquima. Pesa de 150 a 200 gramos y tiene tres caras:
- Diafragmática. - Renal. - Cólica.
Por el hilio del bazo entra la arteria esplénica y sale la vena del mismo nombre.