Son, probablemente y junto con las manos, el elemento básico del ejercicio. Se trata de una estructura muy fuerte y extraordinariamente complicada, compuesta por 26 huesos pequeños, unidos entre sí por cápsulas, articulaciones -hay 33- ligamentos -son más de 100- y tendones.
Los huesos del pie soportan la totalidad del peso del cuerpo humano, que se les transmite a través del talón.
Gran parte de lo músculos que mueven los huesos del pie tienen su origen en la pierna, con tendones que se extienden a lo largo del tobillo. El grupo muscular más fuerte e importante es el del sóleo-gastrocnemio -forman la llamada "bola" de las pantorrillas-, que se une al talón por medio del tendón de Aquiles. Estos músculos son los responsables de que podamos elevar el talón cuando caminamos. También lo músculos que contraen y extienden los dedos de los pie tienen su origen en la pierna.
Cada uno de los pies se apoya sobre los arcos plantares. El arco transverso corre lo largo de la planta del pie y el arco longitudinal por su interior, aplanándose cuando nos ponemos de pie y acortándose cuando nos acostamos o sentamos.
El pie de cada persona suele tener una forma diferente aunque, por lo general, ésta viene en tres tipos o formatos básicos: pie normal, pie cavo o pie plano.
El pie normal es aquel cuya planta se apoya sobre el suelo tanto esté el talón arriba o abajo. Suele ser el común a más de la mitad de la población y la mayor parte de los zapatos deportivos se acomodan a su forma, aunque no así la generalidad del caIzado habitual, que no suele estar diseñado para que se adapte a la forma anatómica del pie, o sea, que sujete el talón y que tenga la anchura suficiente para acomodar la planta.
El pie cavo tiende a ser rígido y tiene un arco demasiado alto. A veces, su forma puede hacer necesario el uso de tacones.
El pie plano posee un arco bajo y requiere un calzado especial para que pueda corregirse -si no es demasiado acusado- e incluso la presencia de una cuña central que eleve el arco.
Hemos de tener en cuenta nuestra forma de pie a la hora de elegir el calzado si queremos mantenerlo sano y funcional y también con un buen aspecto estético.
Si notamos dolores persistentes en los pies, rojeces o hinchazones debemos visitar a un médico especialista en el tema. Algunos problemas de los pies se deben la herencia o a desórdenes alimenticios y falta de vitaminas o minerales, pero la mayoría de ellos están producidos por calzados inadecuados y exceso de uso o tratamiento impropio. Hay que tener en cuenta que, por lo general, un pie recorre unos 150.000 kilómetros a largo de una vida y da más de seis mil pasos diarios, que supone soportar casi quinientas toneladas diarias. Por lo general un cuidado adecuado y profesional devuelve el pie a su forma y no al necesario el uso de la cirugía nada más que en casos muy concretos y esenciales.