Está considerado como el atleta más apolíneo que ha pisado una plataforma de competición. Dicen que desde los tiempos de Steve Reeves nunca se había visto una perfección física semejante.
Bob Paris, con su 1,85 de estatura, sus 105 kilos de peso, su minúscula cintura, sus piernas atléticas y largas, su tórax poderoso y sus hombros espectaculares, es el nuevo Adonis de la raza humana, y su figura deja en entredicho a todas las creaciones de la estatuaria universal.
Bob Paris nació en 1960 en California. Fue un niño introvertido y tímido, que, sin embargo, poseía unas cualidades especiales para el entrenamiento con pesas. Sus músculos crecieron en seguida. A los dieciocho años ya estaba participando en competiciones culturistas, pero, sin embargo, le costó trabajo encaramarse a la cima. En 1982 saltó a la fama con su clasificación entre los finalistas del campeonato americano. El físico de Paris llamó la atención de los publicitarios y durante ese verano hizo muchos anuncios y empezó a trabajar para la cadena de Joe Weider. Alcanzó la victoria en los campeonatos mundiales de 1983 y tras de eso se decidió a intentar el asalto al Mister Olimpia. ¡Será suyo!, dijeron sus admiradores, esperando verle conseguir una carrera ininterrumpida de triunfos que eclipsara la del mismo Arnold Schwarzenegger. Sin embargo no fue así, y las dos veces que se presentó sólo pudo quedar entre los finalistas, pero no más arriba del séptimo puesto. Paris se decepcionó e inició una carrera cinematográfica. Bajó a 85 kilos y en la actualidad simultánea sus estudios de actor con sus deseos de volver a probar fortuna en la alta competición profesional culturista.