Es valenciana y madre de familia. Su cuerpo está supertrabajado desde todos los ángulos y no tiene ninguna debilidad o carencia. Sin embargo, María Edite ha luchado mucho para llegar a donde está.
Al principio -hablamos de 1983- María era una chica atlética pero delgada. Le costaba mucho adquirir el peso muscular que necesitaba, mas, sin embargo, se puso a ello y probó y tuvo éxito en la utilización de los sistemas de entrenamiento y alimentación más adecuados para ella. En 1985 empezó a destacar. Su cuerpo, de líneas agudas pero muy femeninas, con piernas atléticas y sumamente delineadas, hombros amplios, cintura muy estrecha y torso espectacular, fue adquiriendo un relieve general y una ausencia de grasa casi absoluta. El tono de su piel era, además, magnífico, lo que concedía aún una apariencia mejor a su musculatura de mujer. Sin embargo, María Edite tardó en ser reconocida. Durante algunos campeonatos no llegó a alcanzar los primeros lugares y la victoria no le sonrió hasta 1986, en que fue campeona de España. El título le dio opción a participar en los campeonatos de Europa de 1987, donde su calidad muscular y su cuerpo trabajado le hicieron acreedora al cuarto puesto. Después, María Edite compitió, en compañía del también valenciano Eduardo de la Asunción, en el Campeonato Mundial de Culturismo por Parejas, una nueva modalidad donde la clasificación se hace en conjunto y según la igualdad y proporción equilibrada que presenten los dos atletas. Quedaron en quinto lugar y los músculos de María se hicieron muy populares.