Es americano y tiene una dotación excepcional para la práctica del culturismo. Con una genética magnífica, que se traduce en unos hombros amplios y redondeados, unos pectorales hercúleos, una espalda protuberante e increíblemente ahusada, aparte de ser de las más amplias que ha conocido la humanidad, una cintura como labrada a cincel y unos brazos de elevados "picos", Robby es uno de los culturistas que más comentarios y miradas de admiración provoca cuando se sube a la plataforma o pasea, simplemente, en traje de calle.
Robinson salió a la fama en 1975, tras de su aplastante triunfo en el Mr. América. La IFBB se hizo eco de su fama y con ella ganó todas las competiciones donde se presentaba. Su cenit fue en el año 1977 cuando perdió el Mr. Olimpia por un solo punto ante el mítico Frank Zane, en una decisión que aún hoy resulta discutible y sujeta a controversias entre los aficionados. "El Príncipe Negro", como se le conoce cariñosamente en América, participó después en varias pruebas, retirándose hacia 1980. Durante unos años no se supo nada de él, incluso se llegó a rumorear que había muerto, hecho que desmintió brillantemente en 1985, regresando a la competición profesional, en una forma aceptable aunque no se pudiera equiparar a su momento cumbre de 1977. Obtuvo el quinto puesto en el Campeonato Olimpia de 1987, donde derrotó a culturistas tales como De Mey, Beckles o Ron Love.