Es malagueña y su excelente desarrollo de parte inferior, que responde sin apenas trabajarla, la proporciona unas líneas al tiempo atléticas y declaradas.
Sus piernas son quizá las mejores del panorama culturista femenino nacional y la cintura no tiene nada que envidiar a la de las estatuas. Rosario Colorado surgió a la luz en los campeonatos de Andalucía de 1986, donde triunfó con absoluta facilidad y sin ninguna oposición. Sus delineadas y trabajadas piernas llamaron la atención de todos, que esperaron con impaciencia para comprobar si la excelente promesa se convertía en realidad. Y así fue; Rosario alcanzó el triunfo en la Olimpia nacional y consiguió la victoria en los Campeonatos de España. En seguida fue mejorando sus carencias: su parte superior se fue haciendo más densa y redondeada, sin perder nada de su característica calidad muscular. En vista de su progreso y sus excelentes clasificaciones fue elegida para representar a España en el torneo internacional de Tokio, donde estaban invitadas las culturistas más relevantes del momento. Rosario fue y convenció. A pesar del larguísimo viaje y que salía por primera vez sola mantuvo un físico excelente y obtuvo la tercera plaza frente a las mejores atletas del mundo. Poco después participó en el Campeonato Mundial de Reno (Nevada) y quedó entre las finalistas. Su cuerpo pleno pero longilíneo, de formas graciosas y seductoras, le augura un excelente porvenir en el terreno de las pesas.