El asma es un trastorno respiratorio con carácter reversible, que se caracteriza por la dificultad para expulsar el aire de los pulmones (espiración) y por una broncoconstricción, provocada por la secreción del moco bronquial y el edema de las mucosas.
Como consecuencia de estos trastorno se produce un aumento en el espacio muerto de los alvéolos pulmonares, que obligan a que el tórax permanezca en espiración permanente. Por otra parte, el músculo diafragma se encuentra en situación disminuida, interviniendo de forma negativa en la inspiración y espiración.
Los factores desencadenantes del asma van a ser de diversa índole y procedencia. Entre ellos, los más conocidos son:
- Tóxicos. Como los producidos por la contaminación atmosférica (con elevado índice en las grandes urbes y zonas industriales), el caucho, el queroseno, plomo, etc.
- Alérgicos. Estos pueden provenir de la lana, ácaros, caspa, polvo, plumas, diversos materiales, etc. El polen es, seguramente, el que origina mayor número de crisis asmáticas (la utilización de vacunas adecuadas y no frecuentar ambientes cargados de polen, sobre todo en la estaciones primaveral y en menor grado en la otoñal, pueden evitar su aparición).
- Alergia a los comestibles. Son muchas las personas que presentan alteraciones orgánicas al ingerir determinados alimentos, tales como la leche, huevos, pescado, cereales, setas, fresas, etc., que en algunos casos y si no se toman las medidas correspondientes pueden llegar a ser mortales.
- Enfermedades del aparato respiratorio, siendo la gripe la más común. Las bronquitis, particularmente la crónica, favorecen la aparición del asma.
- Las emociones fuertes pueden llegar a desencadenar un ataque de asma.
- El ejercicio físico, efectuado por aquellas personas poco entrenadas y que realicen esfuerzos desproporcionados, puede producir una crisis momentánea o transcurridas 4 ó 5 horas después de haber finalizado el ejercicio.
En la antigüedad se pensaba que esto era producido por el aumento excesivo de la frecuencia cardíaca, estando en la actualidad demostrado que se origina debido a la pérdida de agua y el aumento de la temperatura orgánica.
- El clima y el uso de determinados fármacos son factores desencadenantes (la aspirina y algunos analgésicos pueden ocasionar crisis asmáticas en ciertas personas).
Según la intensidad de la crisis asmática, éste se puede clasificar de tres formas diferentes:
1. Crisis de asma. Aparecen ocasionalmente y su grado de intensidad es leve. Permite que el afectado realice una vida absolutamente normal, aunque es conveniente tener en cuenta la presencia de agentes desencadenantes o nocivos. Se producen ruidos respiratorios y tos con bastante frecuencia (favorece la espiración).
2. Ataque de asma. Las crisis aparecen con mayor frecuencia, desapareciendo poco a poco los períodos de normalidad. Estas crisis son de mayor duración que las anteriores. Es conveniente una reeducación del afectado, con el fin de evitar males mayores y que la crisis vaya a más. En determinadas ocasiones se hace necesario el uso de fármacos.
3. Estado de mal asmático. El afectado se encuentra en constante mal estado. Su enfermedad hace que su vida se vea completamente alterada y que sea imprescindible una utilización frecuente de fármacos. En estos casos, está totalmente contraindicadas realizar cualquier trabajo o ejercicio físico de elevada intensidad. Es conveniente permanecer en lugares bien aireados y ligeramente húmedos.