En todas las actividades deportivas se va a realizar un trabajo, más o menos intenso, de las distintas estructuras que componen el aparato locomotor del ser humano.
Los huesos, los músculos y las articulaciones intervienen de forma activa, dando lugar a multitud de patologías propias de la práctica deportiva de elevada intensidad o ejecutada de forma incorrecta, siendo los tendones y ligamentos estructuras pasivas de gran incidencia para la correcta mecánica del movimiento humano.
¿Qué es un tendón?
Todo músculo presenta uno o varios vientres musculares, estando esta zona formada por miofibrillas, gracias a las cuales el músculo se contrae dando lugar al trabajo físico.
Por otra parte, todos lo músculos esqueléticos presentan un origen y una inserción éstas toman punto fijo en lo distintos huesos del esqueleto es por este motivo por el cual cuando el vientre muscular se contrae el movimiento se transmite a las palanca óseas que constituyen los huesos. Los tendones, pues, van a formar el elemento de fusión entre el vientre muscular y el hueso.
Podríamos también decir que el tendón es el extremo final del músculo, el cual va a fundirse con la membrana que cubre y protege el hueso, el periostio.
El tendón es una estructura fibrosa, de mayor o menor longitud según localización y funciones, de elevada resistencia.
En la actualidad, la gran evolución sufrida por los distintos entrenamientos de fuerza, dadas las necesidades imperantes de alcanzar marcas cada vez más inverosímiles se han conseguido unos niveles muy elevados de fuerza de los distintos grupos musculares. (Por ejemplo, el récord máximo de peso muerto en 1950 era de 350 kilos, ahora supera los 400. El de sentadilla no pasaba de 270, mientras que en estos momentos ha superado ¡450 kilos! En press de banca se llegaba entonces a un máximo de 225, que ahora es de 315. Nos hallamos pues, ante incrementos máximos de, aproximadamente un 50 por 100). Este incremento tan elevado de fuerza, en ocasiones producido rápidamente, de los vientres musculares, no se ve compensado por el desarrollo paralelo de la resistencia del tendón, dándose el caso de producirse roturas de tendones provocadas por una contracción de elevada intensidad con carga y, en ocasiones excepcionales, por una constante retracción de los distintos músculos.
Según esto, se deduce que el trabajo de fuerza no sólo deberá tener presente el desarrollo de la fuerza muscular, sino que habrá de tener en cuenta el desarrollo y buen estado del grupo muscular afectado.
Mantener nuestros tendones en buenas condiciones aumentará la resistencia de éstos, siendo recomendable para lograr este cometido al efectuar un correcto trabajo de estiramiento de los tendones, al tiempo que elongamos el vientre muscular, mantener estas estructuras con una elevada temperatura (calentamiento previo y, en determinados deportes, es recomendable el uso de "calentadores artificiales".) y, finalmente, el someter éstos a determinadas técnicas correctas del masaje, ofreciendo este conjunto de medidas una mejoría general de su estado.
Las técnicas deportivas realizadas de forma incorrecta y repetitivamente, cuanto más elevada sea la carga y la especificidad del movimiento, mayor será el riesgo de lesión de éstos, pues también puede ocasionar lo que se conoce con el nombre de tendinitis.
Una tendinitis es una inflamación del tendón ocasionada por diversas causas, siendo la más común la fijación de metabolitos de desecho en éstos, ocasionando su solificación y, por lo tanto, la pérdida de sus funciones normales.
Entre las tendinitis más comunes se encuentran las sufridas por los tenistas (epicondilitis o codo de tenis), corredores de asfalto y pista, ciclistas, jugadores de voleibol etc. Como se puede observa] cada actividad deportiva presenta una tendinitis muy específica de aquel grupo muscular más afectado en la técnica. Una técnica adecuada junto con los elementos anteriormente citados, disminuir el riesgo de lesión de nuestros tendones y, por lo tanto, aumentará nuestro rendimiento físico.