Aislamiento muscular, imprescindible para corregir nuestros fallos
Existen dos tipos de ejercicios fundamentales: los llamados ejercicios básicos, que involucran un gran número de estructuras musculares, y los ejercicios de aislamiento, que aunque no llegan a poder hacer trabajar a una sola estructura muscular, ya que esto es imposible, sí consiguen aislar, cuando menos parcialmente, un músculo, permitiendo concentrarnos más específicamente en su desarrollo.
Los ejercicios de aislamiento se suelen emplear después de que una persona ha entrenado adecuadamente con un programa básico que le ha desarrollado de forma general sus diferentes grupos musculares. Dado que unas estructuras responden mejor que las otras, sobre todo las grandes (muslos, espalda y pecho) en detrimento de las más pequeñas (deltoides, bíceps, tríceps, antebrazos y gemelos) habremos de comenzar a realizar ejercicios de aislamiento con el fin de mejorar la fuerza y el tamaño de estas estructuras más pequeñas.
Es un hecho que este trabajo de aislamiento deberá efectuarse alguna vez porque, en principio, nos permitirá ejercitar un músculo de una manera más específica y porque, en segundo lugar, ese movimiento hará que la estructura que trabajamos reciba un estímulo mayor, creciendo más rápidamente y peinándose más en proporción con las otras estructuras musculares.