Es uno de los principios Weider de entrenamiento más importantes y utilizados. A partir del nivel de intermedios, debemos empezar a corregir las desproporciones o fallos de un grupo muscular respecto al conjunto del cuerpo.
Hemos de tener en cuenta que cuando una persona comienza a entrenar debe hacerlo con una rutina de ejercicios básicos y que, conforme vaya pasando el tiempo, unos músculos se le irán desarrollando más que otros. Desgraciadamente, suele ocurrir que lo mejor que tenemos es lo que más progresa, y lo peor lo que menos; para corregir tal falta de equilibrio y simetría hemos de seguir el sistema de "prioridad muscular" que se basa en entrenar las estructuras que peor nos responden tanto respecto a la fuerza como al tamaño muscular en primer lugar, y antes del resto de los ejercicios. En estos momentos es cuando nuestra energía está intacta, por lo cual podemos dedicar a los músculos menos favorecidos todo nuestro esfuerzo y nuestra concentración. Si lo hacemos de manera correcta, el músculo debilitado empezará a responder. No obstante, tenemos que hacerle una advertencia: no trate de mejorar todos los grupos musculares que le fallan al mismo tiempo porque entonces no mejoraría ninguno. Comience con el menos favorecido o con el que le presente mayor interés, porque el organismo humano no dispone de recursos para trabajar con intensidad más de dos o tres grupos musculares en la misma sesión. Tómeselo con cierta calma y, sobre todo, mucha tranquilidad, y no pretenda lograr en un mes lo que en la mayoría de los casos es cuestión de un año.