Desde luego, la persona que entrena incorrectamente en cuanto a cantidad y calidad de ejercicio está mucho más predispuesta a sufrir una lesión que la que lo hace correctamente.
Sin embargo, esto no impide que, a veces, se produzcan lesiones.
Salvo excepciones, no se debe dejar de entrenar por una lesión. Hay ocasiones en las que tenemos una dolencia en un determinado músculo, que, aunque nos impide ejecutar algunos ejercicios, nos permite realizar otros. En otros casos es conveniente realizar el propio ejercicio que nos lesionó con una cantidad de peso mínima y un número alto de repeticiones, pero esto es algo difícil de dilucidar, y ha de ser el médico, un especialista en medicina deportiva, el que nos diga el alcance de la lesión y la mejor forma de superarla, que casi siempre suele ser la de ponerse frío o calor, darse masajes y realizar adecuados ejercicios de rehabilitación. La forma y frecuencia de hacerlos será fundamental a la hora de corregir una articulación o músculo lesionado.