Sin duda alguna, la intensidad de esfuerzo es el camino más válido para lograr los mejores resultados, pero, desgraciadamente, la mayoría de la gente que entrena con pesas ha confundido la intensidad con la cantidad, de tal modo que piensan que los entrenamientos largos son los que les pueden proporcionar buenos resultados.
La intensidad de esfuerzo es una respuesta en sí misma, y si a una serie le quitamos la intensidad, ésta no nos producirá ningún beneficio en cuanto a lograr fuerza y tamaño muscular, sirviéndonos sólo de calentamiento. Por el contrario, si la intensidad de esfuerzo es grande, con muy pocas series se producirán magníficos resultados. Y queremos dejar bien claro que más cantidad de ejercicio no debe ser confundida con mayor intensidad de ejercicio.
Como, posiblemente, muchas personas no comprendan bien esta teoría, la instamos a que realicen dos o tres series, a modo de prueba, de la siguiente manera: uno o dos segundos para la fase positiva -contracción-, es decir, en la que levantamos la resistencia, y 4 a 5 segundos para la fase negativa -extensión- , o sea, en la cual bajamos la resistencia. Si después de 3 series efectuadas de la manera indicada puede seguir entrenando, es que no se ha esforzado lo suficiente. En el caso de que lo haya hecho, no podrá seguir trabajando el grupo muscular elegido, puesto que éste estará totalmente agotado.
Sin duda alguna, la intensidad de ejercicio es un factor positivo. Por el contrario, la cantidad de ejercicio es un factor negativo, ya que somete el organismo a un tremendo esfuerzo de recuperación, debilitando su capacidad y evitando el logro de buenos resultados.